Espera a ver cómo el mundo se desploma, cómo la tierra se abre y los ríos se desbordan. No falta mucho para que todo suceda.
Estas tormentas que se han formado con tu ausencia arrasarán con lo que encuentren a su paso, las aguas enfurecidas de los mares que nos separan acabarán con todo, a pesar de los hilos que me sujetan a ti.
Después de este desastre, todo acabará, llegará a su fin, un final que nunca imaginé que llegaría, quizás porque nada comenzó. Yo seguiré ahí, donde siempre, en ese camino, el que me mostraste y que seguí como sabiendo que ya lo había recorrido antes.
Espera, no partas aún, he preparado café, déjame mirar tus ojos por última vez, mientras bebes, mientras contemplas como mi carne se desprende del hueso. No falta mucho para que todo suceda, pronto no quedará nada más de mí, y podrás partir, después.