Hace tiempo que no le escribe, las palabras se han quedado a la orilla del mar sin poder atravesarlo para llegar a ella.
Las aguas del Atlántico, furiosas destrozaron la balsa donde viajaban sus mejores intenciones, las salvajes olas las han arrojado contra las rocas destrozando cada palabra, letra a letra, matando toda esperanza.
Los viajeros que observan los detalles que decoran los escenarios, han hallado entre las rocas, vestigios de esas palabras que alguna vez se construyeron, imposible de reunirlas y hacerlas llegar a su destino.