—Jajaja —solté la carcajada justo cuando la tuve de frente, era ella, siempre ella, siempre, siempre en el momento menos esperado. Nunca la veía venir, nunca la reconocí sino hasta que todo ya había sucedido.
La conozco desde hace mucho, nunca me agradó que se cruzara en mi camino, siempre la maldije.
—Hija de puta, me has vuelto a joder —Le dije mientras estaba recostado en la camilla y la anestesia comenzaba a hacer efecto.
Se sentó en mi pecho con las piernas cruzadas y sus manos sosteniendo sus pies. Me miraba con esos ojos locos, acercó su cabeza hacia mi rostro para mirar cómo me desvanecía poco a poco.
En ese momento de casi inconsciencia, supe que no volvería a abrir los ojos.
Esa fue la última vez que la vi, esta vez si me ha jodido de verdad.