A pesar de todo

–Mejor desnuda que con ropa –le dije a la mucama del hotel mientras terminaba de vestirse con su uniforme para abandonar mi habitación.
Sonrió sutilmente mirándome por el rabillo del ojo, tomó sus cosas rápidamente y salió, no sin antes asomar su rostro por la puerta mínimamente abierta para evitar que alguien la descubriera. El pasillo estaba completamente vacío, se ajustó la ceñida falda por ambos costados de sus muslos con un par de jalones, tratando inútilmente de llegar a las rodillas y encogiéndose a media pierna al instante de soltarla. Tomó sus senos con ambas manos y con un movimiento gracioso los apretó hacia arriba como intentando despertarlos, no hacía falta, sus senos eran firmes y altivos aún sin sostén. Respiró profundamente y exhaló mientras salía de la habitación. No la volví a ver en los próximos días durante mi estancia en el hotel, pero tampoco lo deseaba, a pesar de todo.